sábado, 19 de mayo de 2012

Refrán: quién a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija.


Los refranes siempre despertaron sentimientos encontrados en mi, cuando era pequeña en mi casa había varios cuadritos, con estas sentencias, máximas o dichos. En esa época ya no me resultaban demasiado coherentes, pero mis padres habían tenido buen cuidado de no colgar contradicciones.  
Aun así y como es obvio que a lo largo de mi vida fui conociendo dicciones y contradicciones, "Al que madruga Dios le ayuda", "No por mucho madrugar se amanece mas temprano". " El que espera desespera",  " La esperanza es lo ultimo que se pierde", " No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy", " Mas vale tarde que nunca" etc, etc, etc. 

El que hoy nos ocupa también colgaba de la pared y me miraba día a día, "Quien a buen árbol se arrima buena sombra lo cobija". En esa época las metáforas aun no habían llegado a mi vida y para complicarlo mas aun,  vivía en una zona sin demasiados arboles, agreste y semidesértica por lo que cuando pasaba frente a este cuadro me detenía y pensaba, pensaba, que mala costumbre traída, mas que adquirida, he tenido toda mi vida:  pensar, pensar, tanto pensar y te encuentras a veces con sorpresas que te da la vida cuando ya eligió por ti y tu aún.....lo estas pensando. 

Pero bueno no me perderé en los vericuetos de mi mente, hoy por lo menos no, así sucedían mis días pasaba, leía y pensaba. Un buen día cuando ni siquiera estaba frente al cuadro algo ilumino mi mente y me di cuenta o percibí o asimile, o incorpore a mi vida, el sentido de esa frase. 
Y si nunca...... dije que fuera rápida para nada, si consecuente. Lo aprendido nunca olvidado. Es por eso que a lo largo de mi vida siempre tuve arboles adonde guarecerme, si alguno se secaba siempre había otro al lado como una revelación......... siempre hubo arboles grandes o pequeños, sauces u ombúes,  acogiéndome y abrazándome. 

Por eso cuando  vosotros decís que hay cosas que se pueden cambiar y otras que no, yo dudo, dudo mucho. En general pienso que como el árbol tenemos una genética y una función cuando arribamos a la vida. 
Es ella misma la que nos marca el camino, hay personas débiles y pusilánimes, hay otras fuertes y guerreras, las hay que parecen fuertes y no lo son tanto, también que se cansan de ser débiles, pero no tienen las herramientas para convertirse en fuertes. 
Y tantas variedades, como seres humanos habitamos este mundo. 
Por eso día a día me he reafirmado en el concepto, que se puede cambiar todo, absolutamente todo, lo que no forme parte de tu esencia, pero si intentas cambiar para darle el gusto a otra persona, o estar a la moda, o integrar un grupo determinado algo esencial, tarde o temprano, la vida te arrostrara todas las traiciones que te hiciste a ti mismo.

A riesgo de parecer repetitiva he compartido la mayor parte de mi vida con una persona extremadamente distinta a mi, eso era motivo de discordia? a veces, todos somos humanos, para que idealizar nada, pero en lo esencial compartíamos: el amor a la vida, a la libertad,  a nosotros mismos y el reciproco,  por lo que teníamos todas las papeletas de perecer de la mano y juntos,  solo que llegado el momento, ahí también surgió la diferencia y uno se fue y otro quedo. 
¿Hundido? que va, eso hubiera sido imposible. Se hunde quien quiere, no quien puede.

Ahora me doy cuenta que estoy cambiando nuevamente de primera a tercera persona, cosa criticada por algún escritor conocido, me han comentado que solo los muy famosos se pueden permitir estas licencias, bueno yo no lo soy, pero me las permito. 
A veces hablo en primera persona, porque me apetece contarles algo de mi vida y a veces cambio a tercera porque lo que estoy diciendo, si lo hiciera propio, no me permitiría seguir escribiendo sin que me agobiaran los recuerdos y las penas. 
Que eso no esta bien literariamente? me da igual, yo no estoy escribiendo una obra maestra, ni me lo planteo. 
Quizá me falte capacidad, interés, o simplemente al igual que no me gusta la fotografía comercial, tampoco abogo por la literatura comercial, por lo menos no le doy permiso a que salga de mi mente.

Puajjj!!! Cuantas incoherencias!!! pero bueno siempre se puede volver al redil. 

Cambiar hábitos es difícil pero posible, siempre puedes sacrificar alguna costumbre que moleste a la persona que tienes a tu lado, sea quien sea y en calidad de lo que sea, pero cambiar, cosas sanguíneas como si te gusta el frío, demuestres que te gusta el calor, si eres pasional mostrarte abulico, si amas la libertad mostrarte celoso y controlador,  si eres de izquierdas mostrarte de derechas o viceversa, para no ofender a nadie. Eso es imposible y si lo logras, solo sera un corto periodo de tiempo durante el cual, aunque logres engañar a otro, nunca lograrás engañarte a ti mismo.



Alicia 





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