martes, 8 de mayo de 2012

No es autobiográfico......... y de como cayéndome de sueño......... casque huevos.


(Título propio de una latinoamericana)

Me estoy cayendo de sueño, llevo varias noches con dificultades para conciliarlo y cuando lo logro, me cuesta mantenerlo. 
Esta noche no quise pasarla en vela  mirando en la oscuridad lo que mis ojos no pueden ver,  pero yo percibo. 
Decidí levantarme y así lo hice, cogí una bata no demasiado gruesa que se adaptaba perfectamente a la temperatura de la casa, me dirigí a la cocina. Aprovecharía mi desvelo para hacer algunos dulces, dicen que ayuda, no lo ´sabia con certeza pero lo intentaría.
Casque algunos huevos que en el silencio de la cocina resonaron como vajilla rota, me dedique por algún tiempo a mi receta preferida, aunque no siempre la recordaba con certeza, esas lagunas se llenaban de pensamientos negativos. Una y otra vez las imágenes acudían intentando mostrarme un camino que no podía ver. 
No lograba darme cuenta de la realidad, o quizá no era una realidad, era una fantasía, pero hoy me habitaba de manera que no me dejaba apenas respirar.
Pensaba en mi situación y me daba cuenta que de alguna manera había llegado a ella, pero no me sentía responsable, solo me sentía preocupada por lo que implicaba la toma de decisiones. Por un lado quería lo mejor para todos, por otro me apetecía aún vivir algunos sueños en su momento pospuestos. 
Puse en la balanza una y mil veces las alternativas que tenia frente a mi, las sopesaba y evaluaba, yo creía que objetivamente, ahora me doy cuenta que estaba demasiado involucrada para ser imparcial. 
El tema me afectaba ya no el día a día de mis horas de esparcimiento, no, el tema afectaba mi trabajo,mi salud, allí adonde me dirigía todas las señales marcaban un objetivo no por común menos cierto, sin embargo yo no podía verlo.
Agregué harina, un poco de azúcar, la masa se doblegaba bajo el peso de mis manos, serian unas galletas, galletas de nueces con reminiscencia demi niñez y la de mis hijos. Un poco de vainilla para perfumarlas, solo un poco, ya que no soporto la vainilla, me quede pensando, porque se la ponía si no me agradaba, una fórmula más. 
Quizá ahí estaba la llave de mis dificultades. Quizá creyendo y sintiéndome libre, no lo era tanto ...... atávicos prejuicios de quien sabe que época genética, me hacían volver una y otra vez a la vainilla, una y otra vez a lo conocido, malo pero conocido, termine de dar formas a las galletas con un práctico utensilio que hacia tiempo tenia en mi cocina. Había armado fácilmente:  estrellas, corazones y triángulos y se cocerían en el horno. Dejé la cocina en penumbra, y me senté mientras se horneaban. 
Seguía pensando: la vainilla, los genes, lo aprendido, lo vivido y por un momento supe que había hallado la solución, sí, la que yo prefería, no la que prefería mi entorno.  Claramente como si se tratara de probar la galleta y saber que podía prescindir de la vainilla, me dí cuenta que podía prescindir de lo vivido, que aunque me ocupara de las consecuencias que inevitablemente quedarían, ya no me preocuparía por ser aquella que otros necesitaban y esperaban, equivocada o no había dedicado demasiado tiempo a otros, había llegado el momento egoísta pero saludable, de pensar en mi
Quizá esto hiciera que el resto de los que hoy me rodeaban-necesitaban, me respetaran mas o por lo menos supieran que aquella que había sido una y mil veces manipulada, de forma consciente o no, no existía mas. 
Apagué el horno, me dirigí nuevamente a la cama y por primera vez en mucho tiempo dormí, sí, lo hice con la paz que solo sienten los que se han reconciliado con sí mismos.

Alicia

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